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Conforme la legislación se endurece, aumenta la necesidad de los directivos de proteger su patrimonio.

Ocupar un alto cargo de responsabilidad dentro de una empresa tiene sus riesgos: en muchas circunstancias, los directivos y administradores de las compañías deben responder con su propio patrimonio de las decisiones que toman en su día a día.

Y no solo de sus decisiones, sino que situaciones en la empresa a las que en un determinado momento los directivos no pueden o saben poner freno a tiempo (mobbing o acoso laboral, problemas de compliance, corrupción) pueden derivar en responsabilidades legales para el equipo directivo.

¿Qué deberes tienen los directivos por ley?

Sin ánimo de ser exhaustivos, la ley española impone entre otros los siguientes deberes a los administradores:

  • Deber de diligente administración, por el cual debe mantenerse diligentemente informado de la marcha de la sociedad.
  • Deber de lealtad, por el cual debe actuar como un representante leal en defensa del interés de la sociedad.
  • Prohibiciones, relativas al uso del nombre de la sociedad o de su condición de administrador, así como a competir con la sociedad.
  • Conflictos de intereses, de los cuales debe informar y, llegado el caso, abstenerse de intervenir cuando esté afectado por uno.
  • Deber de secreto, relativo a la información a la que haya tenido acceso en el ejercicio del cargo y que aplica aún después de dejar de ejercerlo.

 

¿Qué se puede reclamar a un directivo?

Esta lista de responsabilidades que la ley prevé para directivos y administradores se traduce en una casuística muy extensa de reclamaciones, que son cada vez más comunes en nuestro país. Algunos ejemplos son:

  • Reclamaciones por deudas y responsabilidad concursal: con relativa frecuencia, directivos deben hacer frente al pago de las deudas de su sociedad cuando no han reaccionado a tiempo disolviendo la sociedad en caso de insolvencia, o en casos de concurso culpable cuando se detectan irregularidades.
  • En los casos de concurso culpable, la condena a indemnización va además siempre acompañada de inhabilitación profesional.
  • Reclamaciones por prácticas de empleo: cuando se produce una vulneración de derechos y un trabajador sufre acoso o trato vejatorio, los directivos son con frecuencia declarados culpables junto a la sociedad.
  • Reclamaciones por acciones sociales de responsabilidad: se producen a menudo cuando los accionistas consideran que el administrador no ha actuado con el interés de la sociedad en mente (ejemplo: comprando mercancía a precios superiores al mercado). En estos casos, el administrador debe responder de las pérdidas ocasionadas a la sociedad.
  • A estos casos hay que sumar los posibles procedimientos sancionadores, que se pueden producir por ejemplo en los casos de conflicto de interés.

¿Quién puede reclamar?

Como en el caso de las reclamaciones, el abanico de personas físicas o jurídicas que pueden alegar un perjuicio por las acciones del directivo o administrador y reclamarle personalmente es muy amplio. Entre ellos destacan:

  • La propia sociedad o sus accionistas.
  • Los empleados o candidatos a puestos de trabajo.
  • Proveedores, competidores y acreedores.
  • Organismos públicos.

 

¿Cómo protegerse?

Hoy en día, por desgracia, no es suficiente fiarlo todo a una gestión eficaz y diligente. En un entorno legislativo cambiante y cada vez más inclinado a cargar responsabilidades y endurecer las penas sobre las empresas y quienes las dirigen, es fundamental contar con un asesor de seguros que trabaje con compañías especialistas en seguros enfocados a estos riesgos, como el de D&O. Pocas aseguradoras demuestran la agilidad necesaria para adaptarse a estos cambios y ofrecer seguros de directivos con un nivel de cobertura adecuado para enfrentar aquellas situaciones que escapan a nuestro control.

 

Seguros D&O para directivos

Un seguro D&O para los administradores o directivos debe ser capaz de:

  • Cubrir los gastos de defensa derivados de una reclamación,
  • Constituir las fianzas necesarias,
  • Abonar las indemnizaciones que sea necesario pagar,
  • Y hacer frente a las sanciones e inhabilitaciones que enfrente el administrador o directivo, para que este pueda concentrarse en dirigir y gestionar la sociedad, sin la preocupación de tener una espada de Damocles permanentemente sobre su cabeza.

En Sadema, colaborando con compañías expertas y punteras, podemos ofrecerte un seguro de directivos con las mayores garantías y asesorarte en todo lo relativo al mismo.